martes, 5 de junio de 2012

ABITACULO INDESFORMABLE


Cuando se produce un choque, se desencadenan unas fuerzas de deformación de la carrocería que permite que sea ésta la que absorba la inercia, evitando daños a los ocupantes. Esto se denomina deformación progresiva y controlada de la carrocería. En los vehículos con carrocería autoportante, esto se consigue gracias a un diseño estudiado de la forma de la estructura básica del bastidor, así como de los refuerzos y elementos auxiliares.

Se pretende que la parte delantera y trasera, las más afectadas por las colisiones, se deformen transformando la inercia del choque en calor, hasta llegar a la zona del habitáculo, que debe mantenerse indeformable, evitando el daño de los ocupantes y permitiendo su salida y evacuación. Esto es lo que se llama habitáculo indeformable y en él intervienene la solidez de los pilares, del techo, de los paneles de puerta y los refuerzos de esta estructura.
Se puede observar como existen pocas aristas y cantos en el interior del habitáculo, así como un acolchamiento de los elementos interiores para minimizar los daños. A estos efectos, son cada vez más utilizados los materiales plásticos y textiles para guarniciones y paneles, así como para el salpicadero. El volante puede provocar serias lesiones en el conductor, ya que se encuentra enfrente de él. Para evitar daños en pecho y cara, la columna de dirección cumple con unos requisitos en caso de deformación del vano motor que desplaza el volante fuera de este área peligrosa, así como evitar que se transmita energía a través de él. Es lo que se llama columna de dirección de seguridad. Para minimizar aun más el peligro de lesión en esta zona, se diseñó el airbag, que consiste en un dispositivo pirotécnico que activa, en milésimas de segundo, una bolsa de aire oculta en el volante cuando se produce una colisión frontal a cierta velocidad.

Los cristales del automóvil, además de contribuir a la luminosidad y visibilidad, forman parte de la estructura del habitáculo, por cuanto están montados sobre él. Así, cuando se produce un choque y el chasis se deforma, éstos tienden a romperse, debido a su rigidez. Las lunas delanteras, dada la gran superficie que ocupa, deben dotar al habitáculo de cierta rigidez, y no de proyectar cristales sobre la cara de los ocupantes de las plazas delanteras. Ello se consigue gracias a los cristales laminados y pegados, que sustituyen a las lunas de cristal tensionado (securit), que aún se utilizan para el resto de ventanillas.



En el diseño de los asientos, en cuanto a choques, debe cumplirse que sujeten a los ocupantes y, en el caso de las plazas delanteras, evitar que resbalen por debajo del cinturón de seguridad. Los anclajes deben resistir el impacto con el peso del ocupante.



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